EL ARDOR
“La historia ocurre primero como tragedia y después como farsa”
OBRA EL ARDOR: @elardor.laobra
REFLUJO PATRIOTICO
Hasta hace unos pocos años, los argentinos, como otras culturas afortunadas en un mundo por demás desigual, supimos ser de buen comer.
Entonces, no había mucho miramiento cuando la comida tenía precios al alcance de casi toda la población.
Una reunión familiar, de amigos, o un evento social eran casi evaluados en kilos de comida servida, lo cual podría poner en juego el honor y la gloria del anfitrión
Eran tiempos en los que casi todo el mundo invitaba a comer un asado sin necesidad de pedirle a los agasajados que hicieran “la vaquita”.
Es claro que el hecho de que la comida, y en especial la carne sea por poco un artículo de lujo, debe su razón principal a decisiones políticas desacertadas que muchas veces tienen como intención llenar los bolsillos de pocos a costa del hambre de muchos.
Es Febrero del 2024 y no es la primera vez que una crisis de gran magnitud golpea a la Argentina y lo que es peor aún: es poco probable que sea la última.
El carácter pendular de las políticas aplicadas en nuestro país es innegable, y son además una vuelta constante a uno y otro pasado, un reflujo eterno en el que digerimos, vomitamos y volvemos a deglutir los mismos venenos de siempre.
Prueba de esto es que el unipersonal, “El Ardor” de Marcelo D´Andrea sigue vigente a pesar de haber pasado ya catorce años desde su estreno.
Merecedora de varias nominaciones y premios, la obra utiliza un lenguaje particular como metáfora de los eventos que han consternado lo largo y lo ancho de nuestra historia. Para esto, D´Andrea eligió la indigestión que sufre un mecánico – interpretado por él mismo- luego de haber almorzado un locro, comida patria por excelencia, en un indeterminado feriado patrio.
Escenográficamente enmarcada en un taller metalúrgico, “El Ardor” rebota casi de manera constante en momentos claves de la historia argentina, que se descomponen y visibilizan entre vísceras y dolores estomacales.
A través de todo el sistema digestivo, la obra se encuentra con próceres de tiempos remotos, personajes claves de pasados cercanos y malandras hacedores de una realidad siempre tan confusa como convulsa.
El ser nacional tiene también su momento en la piel de una padre que intenta inocular sus “certezas” en la mente virgen de su hijo, y una madre sarmientina que atraviesa todo tipo de accidentes geográficos para poder llegar finalmente a su escuelita rural.
D´Andrea es un gran actor que logra éstas transformaciones con cambios de registros tan sutiles como significativos.
Reconocible en pantalla grande y chica, este actor que suele acompañar proyectos centrados en otros protagonistas, aquí toma la posta y se apropia de una lectura histórica con un sello en extremo particular.
El texto es complejo y atractivo a la vez. Apelando a una poética gastrointestinal y cargado de humor e ironía, entremezcla de manera constante lo histórico y lo digestivo, logrando la atención concentrada del público que no deja de reírse.
La obra“El Ardor” arroja mucha información y demanda un oído atento, por lo que recomiendo verla inclusive más de una vez, como espero hacer.
Anímese a ver la primera, que su tono de comedia constante y el gran trabajo físico que este intérprete exhibe en escena son otros dos sabrosos condimentos que lo tentarán a rumiar este evento artístico de gran calidad.
Por favor, siga mi consejo y no se la pierda, que como yo, será una obra que difícilmente olvidará.
RESEÑA Y DIBUJO : Marcelo Valerga @teatrodibujado
EDICIÓN: Sonia Novello @Sonia_Novello
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