UN ENFERMO IMAGINARIO
Larga vida al enfermo
Cuando me invitaron a ver esta puesta de “El enfermo imaginario” de Moliere, no conocía a la compañía de teatro Peras ni al teatro-escuela que lleva adelante su directora Klau Anghilante. Esta amable invitación me hizo rememorar la obra “El burgués gentilhombre”, protagonizada por Enrique Pinti y escrita por el mismo dramaturgo francés la cual ví en el teatro San Martín allá por el año 2011.
El grato recuerdo de esa puesta sumado a la curiosidad que me generaba el hecho de que gente joven se animara a este gran desafío, me acercó hasta el Barrio de Belgrano una primaveral noche de Sábado.
La propuesta tiene cierta particularidad. Una vez ingresados a esa sala a cielo abierto que es el patio terraza de la compañía Peras, no se puede salir hasta finalizada la función salvo caso de fuerza mayor. La disposición del espacio así lo exige.
Comienza la función y un viejo Argan aparece en escena. Se lo ve insalubre y desgarbado pero: ¿Cuánto de su enfermedad es real y cuánto imaginaria? ¿Qué tan viejo es el actor que lo compone o que tan joven es este Argan ? Maquillaje y piel fundidos en un gran trabajo que sintoniza a la altura del delicado vestuario.
A los reclamos y quejas de este enfermo responden Antonia, su combativa criada, Belisa su segunda e interesada mujer y Angélica su primorosa hija. Ésta debería casarse con un joven médico al que no ama, solo para servir al interés de su padre: Argan es el rey de los hipocondríacos y cree que un médico en la familia reduciría los excesivos gastos que su boticario le produce a diario. Afortunadamente, Angélica se opone al delirante deseo de su padre y con la complicidad de Antonia tratará de seguir lo que su corazón le pide : corresponder al amor de Cleonte, su enamorado.
Un enfermo imaginario tiene un texto complejo para las lenguas contemporáneas. Escrita en francés pero traducida a un castellano ya casi muerto, es un gran desafío para una generación digital que en el fárrago de imágenes es casi arrastrado hacia el precipicio del jeroglífico.
Pero afortunadamente este equipo de jóvenes es un viento esperanzador para quienes con algunos años acumulados, empezamos a creer que todo está perdido.
Es seguro que para ellos demandó un gran desafío encarar un texto de tal complejidad que explica la razón por la cual Moliere atravesó las inclemencias del tiempo hasta convertirse en un clásico.
El elenco está integrado por once artistas que aparecen y desaparecen de escena en cada puerta y ventana. Cada mínimo espacio de ese patio es aprovechado al máximo para que los actores brillen y orbiten alrededor de un Argan interpretado magistralmente por Lean Fernandez.
Suben, bajan, entran, salen para éxtasis del público. El enfermo se descompone y se recupera. Lo asisten y lo abandonan. Necesita que lo quieran y al menos el público lo hace, porque cuando el talento y el trabajo se confabulan en pos de darlo todo sobre el escenario, el amor al arte hace justicia y remunera en extensos aplausos finales a un elenco al que obliga a salir a saludar una y otra vez.
Preste atención y siga a la compañía Peras en su Instagram (@perascompaniateatral ) ya que afortunadamente su enfermo goza de muy buena salud y por eso volverá en el 2024.
Dibujo y reseña: Marcelo Valerga (@teatrodibujado )
Edición de reseña: Sonia Novello (@sonia_novello )
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
- Actúan:
- Monica Canovas, Lucía Díaz, Lean Fernandez, Christian Gadan, Luciana Guacci, Jose Larralde, María Ángeles Messineo, Marcos Padilha, Agostina Saettone, Analia Sirica, Diego Verni
- Maquillaje:
- Anto De Rulos
- Operación técnica:
- Ciro DI Meglio
- Fotografía: Damián Muñoz Barceló
- Asistencia De Producción: Iara Polakoff, Agostina Saettone
- Asistencia de dirección:
- Ciro DI Meglio
- Producción general:
- Peras Compañía Teatral
- Puesta en escena:
- Klau Anghilante
- Dirección:
- Klau Anghilante
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