JUSTO, UN BIODRAMA PAYASO

                                              Recomendación Teatral Dibujada n° 20.

Obra: “Justo, un biodrama payaso”(@soyjustoungusto)


UN MUNDO JUSTO

Existe una teoría sobre la historia del sueño que  aún lejos de ser comprobable no deja de ser ciertamente hermosa. Dice que el hombre antiguo, acechado por los lobos y compitiendo con estos por la comida, comenzó a compartir con ellos las sobras, el descarte de la carne. Esto llevó a que este peligroso animal se  arrimase al hombre en busca de alimento: primer paso  en el camino a lo que actualmente conocemos como domesticación.

En aquellos tiempos remotos el sueño no era tal como lo conocemos actualmente, ya que el acecho de peligros en la noche era constante. Animales depredadores o miembros de otras tribus podían atacar en cualquier momento, razón por la cual el insomnio estaba a la orden del día.

Con los años, ese lobo que supo ser un riesgo y un competidor por la comida, se convirtió -  además de en un amigo - en un centinela de la noche que con sus ladridos alertaba sobre  posibles peligros.

 


Esto permitió que el hombre pudiera dormir con mayor tranquilidad y por tiempos más  prolongados.

En “Justo, un biodrama payaso”, Diego Curyk, dramaturgo, director y protagonista de este unipersonal, nos espera intentando dormir. Nos cuenta sobre su lobo acechante,  esa inquietud que no le permite conciliar el sueño y que no es más que una respuesta ausente a una pregunta trascendental en su vida: ¿Dónde está su padre?

Diego fue abandonado junto a su madre y su hermana,  y ese dolor que lo atravesó resultó tamizado por su corazón y convertido en este Biodrama: uno de los más bellos que vi en los últimos años.

A través de las herramientas  del clown, que domina el protagonista,  Justo -  payaso y alter ego del autor e intérprete - nos da la mano para que lo acompañemos en el recorrido de su historia entre muchas risas y otras tantas emociones.

“Justo, un Biodrama payaso” es una obra “chiquita”  que fue confeccionada con mucho cuidado. El vestuario, la escenografía, la música, la iluminación, todo, es exquisito y le agrega mucho a la sensibilidad de esta propuesta  que no me canso de recomendar y de la que me hice fan.

Como valor excepcional este unipersonal tiene una cualidad que no recuerdo haber experimentado anteriormente: su condición sanadora.

Mucho se dice sobre que el arte cura o sana, pero hasta antes de ver “Justo” me había conformado con creer que a lo sumo, alivia. 

El hecho de que Diego exponga su dolor para exorcizarlo así como demostrar que se puede domesticar al lobo es loable.

¡No se pierda!, ¡no se pierda!, ¡no se pierda  este espectáculo!:  lo ayudará a luchar con aquellas  respuestas que tardan en llegar o nunca lo hacen.

Veala y vuelva a dormir tranquilo como ahora lo hace Justo, quien sin lugar a dudas velará por usted.



Dibujo y reseña: Marcelo Valerga (@teatrodibujado)

Edición de reseña: Sonia Novello ( @sonia_novello)






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