DE PROFESIÓN MATERNAL

 


Recomendación Teatral Dibujada n° 43

Obra: “De profesión maternal” (@de_profesión_maternal )

LA MANO QUE NO MECE LA CUNA

Una casa, un cimiento; un auto, un chasis; una iglesia, un cura; un invento una idea; un perro, cuatro patas.

Casi todo lo tangible necesita de una base, una plataforma que pueda sostener lo que sobre él se construya.

Una bici, dos ruedas; un zorzal, dos patas; un futuro, un deseo. 

¿Y un bebé?

Construir un camino desde la ausencia de una madre, más aún cuando ésta practicó el abandono, no es fácil. Griselda Gambaro utilizó esta ausencia como pilar sobre el cual apoyar la escritura de su obra “De profesión maternal”.

Tras cuarenta años de abandono, Leticia (Sol Cintas) busca y encuentra a su madre; y en ese encuentro deposita las esperanzas de hallar las respuestas a las preguntas más urgentes de su vida: ¿Por qué la abandonó? ¿Cómo es ella? ¿Habrá posibilidades de completar el rompecabezas afectivo de su vida?

Cecilia Labourt es quien encarna a Matilde, la madre abandónica que además, y para sorpresa de Leticia tiene una pareja nueva llamada Eugenia.

La incorporación del lesbianismo a través de este personaje contribuye a desestimar la posibilidad de un instinto maternal ineludible. Tema  en boga en tiempos actuales y de vanguardia allá por los años 70, década en la que la obra fue escrita y llevada a las tablas.

Eugenia,  tan bien representada por Elvira Onetto intentará zanjar el abismo que separa a esa madre y a esa hija hasta entonces unidas exclusivamente por un cordel biológico.

El director Alejandro Vizzotti eligió centrar la puesta en el texto de Gambaro y la interpretación de sus actrices, razón por la cual prescinde de toda escenografía que exceda a las dos sillas necesarias para tal efecto.

Las actuaciones son naturales, creíbles y sin estridencias.

De profesión Maternal es un clásico y se defiende como tal, redefiniéndose en la lectura de un público cuya mirada  seguramente dista respecto del que en 1999 tuvo la oportunidad de ver su estreno.

Sin embargo y a pesar del tiempo transcurrido, un abandono fue, es y será un conflicto cuyo impacto atravesará los siglos de una manera por lo menos parecida.

Alguna vez escuche que en un edificio de departamentos, peor que un mal administrador es no tenerlo, así como es probable  que peor que tener una mala madre es no tener siquiera una cuya mano de mínima, meza la cuna.

Para quienes gusten del teatro naturalista “De profesión maternal” es una buena opción para la tarde del domingo. Un rico café en “El camarín” y una buena obra de teatro. 

¿Para qué más?

FIN

Marcelo Valerga ( @teatrodibujado )


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